Bienvenidos

"En lo alto de una pequeña colina llamada Incí, desde donde se divisa el pueblo de Hoblut, ...."
Así comienza esta historia; divertida, alegre, diferente, emocionante, alucinante ... Los Pegimun
Pronto podrás descubrir sus aventuras y disfrutar con ellos de ciento y una peripecias.















La pequeña Jing

Aquel iba a ser un día especial para Jing, después de tantos años en el orfanato por fin alguien quería llevarla con ellos. Durante mucho tiempo había visto como las niñas salían y entraban y ella se quedaba siempre mirando a través de las pequeñas ventanas por las que llegaba a asomarse. Veía como eran recibidas; como aquellas personas las traían ropas y juguetes, las abrazaban y besaban constantemente; Jing ya había perdido la esperanza de que en algún momento ella fuera la elegida, según la decían sus curadoras ella era muy mayor, ya nadie la quería tan mayor, todos buscaban niñas pequeñas.

Jing, había llegado al orfanato de la ciudad de Guilin hacia nueve años, la encontró un vagabundo en un basurero cerca del río Lijiang, tenia apenas 3 días cuando la dejaron allí, eso era todo lo que sabia de su procedencia. Se crió en el más absoluto de los abandonos, las pocas personas que se ocupaban de las niñas tenían suficiente con darles de comer y limpiarlas. Allí no había lugar para las carantoñas y las atenciones, solo eran números, su nombre se lo puso una de las limpiadoras del centro, significaba tranquilidad, le dio ese nombre porque era una niña tranquila, dormía todo el tiempo y cuando se hizo mas mayor apenas se movía, aprendió muy tarde a andar y sus primeras palabras también fueron tardías.
Ahora Jing colaboraba con las cuidadoras. Un día le dijeron que ya era muy mayor para estar todo el día mirando, y desde hacia dos años, su trabajo consistía en dar de comer a los pequeños y limpiarlos. Todo el tiempo lo pasaba cargando con niñas que como ella venían de basureros, del río, de sitios abandonados; niñas que en alguna ocasión habían muerto en sus pequeños brazos dado el estado en el que estaban.  

El orfanato era una gran casa destartalada y llena de grietas, la humedad que llegaba del río había convertido las paredes blancas de la mayoría de las habitaciones en lugares llenos de moho que desprendían un olor a agua corrompida, sólo las estancias donde las parejas realizaban las visitas estaban blanqueadas y limpias, pero esos lugares estaban reservados y las niñas no podían acercarse a ellas jamás.

Un día cuando Jing ayudaba a las cuidadoras en la entrega de niñas, una de las parejas que habían realizado una petición y estaban de visita por primera vez, vieron a la pequeña y se interesaron por la situación de la niña. Los tramites de adopción los fueron encaminando hacia Jing, y aunque eran muchos los problemas que se les planteaban uno de ellos era que no se podía escoger a las niñas, a cada pareja se le asignaba una niña que era elegida con por responsables del centro nunca por los posibles padres adoptivos así era como se entregaban, los colocaban a todos en una sala e iban trayendo niñas, cada uno debía de conformarse con lo que les ponían en  los brazos, algo que a la mayoría de las parejas no les importaba en absoluto, ya que no buscaban ninguna en especial . Pero eso no fue el caso de los padres adoptivos de Jing, ellos si querían a la niña y ese fue entre otros uno de sus quebraderos de cabeza..
Jing estaba deseosa de verlos, aunque ella no los recordaba, solo sabia lo que la habían contado; que una pareja quería adoptarla y que eso se iba a producir en pocos días. No sabia donde era el lugar donde iría pero tampoco la importaba mucho, ella nunca había salido del orfanato.

Los días iban pasando y Jing no veía el momento de irse de allí, una mañana la gerente el orfanato se acercó a ella y sin decirla ni media la palabra la agarro por un brazo y la llevo hasta las duchas. Una vez allí la ordenó que se bañara y se lavara bien el pelo. La pequeña asustada con esa orden hizo lo que la mandó la gerente y cuando abrió la puerta ésta la estaba esperando con un vestido entre los brazos se lo tiró a la cara y la dijo que se lo pusiera. La gerente del Orfanato se alejó por el pasillo, mientras Jing se quedó vistiéndose y peinándose con unas pequeñas púas que había posadas en el baño.
Al poco roto volvió a aparecer la Señora, esta con muy mala cara, cogió la mano de Jing y tirando de ella comenzó a caminar en dirección a la sala de visitas o al menos eso era lo que la niña pensaba.

Al llegar a la altura de la Sala, las dos pasaron dejándola a un lado y se dirigieron a una habitación situada en el piso de arriba, lugar donde Jing no había estado nunca. La sorprendió lo que vio, la habitación tenia mucha luz, además estaba llena de flores que daban un olor muy agradable a la estancia, los muebles eran nuevos y relucientes, nunca había visto una estancia como esa, ni siquiera sabía que en orfanato pudiera haber algo así. La Gerente la mando sentarse en un sofá de color verde muy mullido y alto, apenas le llegaban los pies al suelo, la mandó ponerse muy derecha sin apoyar la espalda en el sofá.  Al momento oyó como alguien tocaba la puerta, la Gerente se levantó de su mesa y se acercó a abrir la puerta, era Cheng la encargada de las visitas, ella también era una niña que llegó al orfanato de pequeña y que al final se había convertido en uno mas de los verdugos de las niñas, era despiadada con ellos y repartía bofetones a todas horas. La chica le comunicaba a la Gerente que los Señores ya habían llegado. Ésta dirigió su mirada hacia Jing y la indicó que estuviera ahí quieta, ya que ella volvería enseguida.

Jing estuvo allí mucho rato, realmente ella no sabia cuanto tiempo pero si notaba que la espera era larga, como no acostumbraba a estar tanto tiempo sentada, y la jornada para ella ya la había deparado un montón de trabajo,  se recostó sobre el brazo del sofá y se quedó dormida.
Cheng abrió la puerta y al ver a la niña dormida, dio una fuerte palmada para despertarla, Jing estaba tan dormida que se sobresalto y se puso en pie. La chica la regañó porque se había arrugado el vestido y dándola unos grandes meneos intentó colocárselo con sus manos. Agarró a la pequeña por el brazo y la hizo salir de la habitación Jing no entendía lo que estaba pasando y aunque le preguntaba a la chica esta no la contestaba lo único que la repetía una y otra vez es que se callara y la suerte que había tenido.

Las dos se aproximaron a una puerta, esa puerta si que la conocía Jing, daba a la sala donde las familias esperaban a las niñas, Cheng llamó y a continuación entraron en la sala. Dentro la esperaba , la Gerente y tres personas mas, un hombre muy alto y con la cabeza pelada, una mujer un poco mas bajita que el y una chica que Jing reconoció era la mediadora  en  otras ocasiones ella la había visto,  cuando colaboraba en la entrega de niñas. La pareja estaba cogida de las manos y cuando Jing entró en la habitación los dos se acercaron a ella y la besaron muy suavemente en la cara, aquellas personas la dijeron algo que Jing no entendía, entonces de acercó a ella la otra chica que estaba allí, y le dijo que aquellas personas iban a ser sus padres, sus nombres eran Cesar y Encarna, ellos volvieron a dirigirse a la niña pero ésta no conseguía entender nada. La mediadora, cogió a Jing de la mano y la sentó en una silla, se supo a su altura y la explico lo que estaba pasando.

Realmente ese era el momento, la mediadora, le dijo, que como la indicaba primero Cesar y Encarna seria sus posibles, papas, la niña pasaría 20 días con ellos en la ciudad de Guilin, pasados 10 días tendrían unas entrevistas con personas de la Justicia, donde ella tendría que decirlo, lo que había hecho con ellos y si estaba bien o no. Si esas entrevistas eran favorables, podrían terminar de arreglar su adopción y se irían a su país, a España. La indicó que no debía de tener ningún miedo ya que ella la vería todos los días, y en caso de que pasara algo que a Jing no la gustara podría contárselo a ella en sus visitas.

Mientras la cuidadora la explicaba todo esto, Encarna se había acercado a la niña y acariciaba su pelo con mucha dulzura, Jing la miraba de reojo y pudo ver como por la mejilla de la mujer se deslizaban unas lágrimas, la pequeña no comprendía porque lloraba aquella mujer. Cuando la mediadora iba a incorporarse  la niña tiró de su brazo e hizo  que esta se acercará, Jing le preguntó que era lo que le pasaba a aquella mujer, porque sus ojos estaban llenos de lágrimas. Ésta dirigió su mirada hacia Encarna y la sonrió, le explicó que sus lágrimas eran de alegría, estaba muy contenta porque por fin tenía una niña que era algo que ella deseaba y que esa niña era Jing. La pequeña sintió un nudo en el estomago se volvió hacia Encarna y la cogió la mano, la acercó a su carita, la pequeña  cerró sus  ojos y respiró profundamente, sintió como su pecho se llenaba de sensaciones nuevas.
Jing, por fin seria una niña feliz, algo la decía de aquellas personas seria para siempre su apoyo y sus ganas de vivir.




Conchi Revuelta.- Derechos reservados

4 comentarios:

  1. se quedo con ellos o no???
    yo siempre tan cotilla

    ResponderEliminar
  2. Me he emocionado mucho al leerlo.
    Conozco algún caso de españoles que han tenido la suerte de adoptar a una niña china.
    El proceso puede llegar a ser un calvario, pero al final la espera vale la pena.

    ResponderEliminar
  3. Cierto, hay que ver como llegan y que guapísimas se ponen al poco tiempo de estar en sus nuevas casas. Por ellas va este relato y por las familias que les dan todo su amor.

    ResponderEliminar