Bienvenidos

"En lo alto de una pequeña colina llamada Incí, desde donde se divisa el pueblo de Hoblut, ...."
Así comienza esta historia; divertida, alegre, diferente, emocionante, alucinante ... Los Pegimun
Pronto podrás descubrir sus aventuras y disfrutar con ellos de ciento y una peripecias.















Mika, La Perrita Blanca


Mika es  la mascota más chula y estirada de todo el barrio.
Es pequeñita y piscoleta, su pelo liso siempre va adornado con un lacito verde que su dueña le coloca cada día después de peinarla.
Todos los perros del barrio son grandes admiradores de  Mika desde que pasó la historia que os voy a contar...

Mika como todos los días, sale  al jardín en cuanto su amo abre la puerta trasera, le gusta saludar a todos sus amigos.

-          Hola Mika , que tal esta mañana?
-          Hola  Lucas, bien, y tu, por cierto has visto a Yuqui?
-          Lo vi camino del pueblo, creo que le llevaban al veterinario, que te parece si esta tarde jugamos todos juntos.
-          Bien, muy bien, hace días que no nos vemos           
-          ¡¡Nika, Nika…….!!!
-          Me tengo que ir., me llaman, seguro que es para mi paseo.

Cada día, Tere, que era la dueña de Mika, la sacaba a pasear, a pesar de que ella, pasaba la mayor parte del día  en el jardín, a Tere le gustaba pasear con su preciosa perrita.

Un día durante su paseo, de camino al parque, Mika, observo una ardilla pequeñita y dorada, que la seguía, cada vez que Mika se volvía para mirar, la ardillita se escondía.
-          Vamos Mika, ¿Qué pasa?
-          ¿Qué pasa, qué pasa? No ve Tere que me sigue una ardilla

Así, siguió todo el camino, con la ardillita detrás.
De repente, Mika echó a correr, rodeo un árbol grande y consiguió colocarse detrás de la ardilla.
- Y ahora que??? ¿Por que me sigues? ¿Quien eres?
- ¡No me hagas daño, solo soy una ardilla!
- Ya veo que eres una ardilla, pero…. ¿Que quieres?
- Tu eres Mika ¿verdad?
- Pues claro que si y tu ¿quien eres?
- Soy Marcela la ardilla Dorada, no me hagas daño.
- Claro que no te voy hacer daño, solo quiero hablar contigo y que me digas por que me sigues y ¿cómo conoces mi nombre?
- Verás, tengo un mensaje para ti,
- ¿Un mensaje?, ¿de quién?,
- Yo vengo del País de la Sonrisa, nuestra Reina  ha estado buscando…. Bueno…  te ha encontrado a ti, quiere que seas tú la elegida….quiere….
- Para, para…. ¿De que me estas hablando?, no entiendo nada, que es eso del País de la Sonrisa,
- Si me dejas hablar, igual consigues enterarte
- Bien, pues habla vamos, habla….
- Como te digo la Reina  del País de la Sonrisa ha estado meditando mucho y después de ver todos los animales que hay en este Mundo que son tan          

desgraciados, ha pensado que tenia que poner en el, a alguien que les pudiera ayudar.
- Ya, y resulta que soy yo , dijo Mika
- Pues si, por eso estoy aquí, vengo a buscarte, para llevarte a su presencia,
- Ah no, no  voy a ningún sitio, que me da miedo.
- Pero Mika, no te pasará nada, todo será bueno, y si no te apetece, ser nuestro enlace en este Mundo tuyo, pues…. Bueno… no pasa nada, volverás otra vez a tu casa.
- Uhhhh , no, no me da miedo, y … además no me puedo ir, no ves que Marina se asuntará, y puede pensar que me he perdido, que me ha pasado algo… yo que se, no , no , tengo…
-Bueno, vamos hacer una cosita, tú lo piensas y esta noche, cuando todos duerman, yo te esperaré a la puerta de tu casa.
- Si… claro, y como salgo,  la puerta estará cerrada.
- De eso me encargo yo.

Y sin más, de repente sin darle tiempo a Mika a contestar, Marcela la Ardilla Dorada había desaparecido.


Mika, paso todo el día, pensando y pensando, se quedó tumbada en el porche de la casa sin moverse apenas, tenia que decidir, si ir, o no ir. ¿Qué hacer, que problema?
- Mika que pasa? Hoy no comes bonita
- Para comer estoy yo…..
- Pero mi niña… que te pasa…. Estas malita…
- Que no, déjame Tere, estoy pensando.

Así pasó la mayor parte del día. Al llegar la noche, cuando todos se habían ido a dormir, Mika, intentaba descansar, pero no lo conseguía, de repente…. Una luz blanca iluminó la cocina y apareció sin más… Marcela la ardilla dorada.

-Hola Mika
-¡Que susto me has dado! A mi no me des estos sustos chica, casi me muero.
-Vas a venir conmigo
- Bueno pues si, venga vamos.
-Coloca tu pata, sobre mi cola,

Mika, temblorosa, se aproximaba poco a poco a Marcela, eso si con más miedo que otra cosa, y de repente, colocó la pata sobre la cola de Marcela, y notó luces de mil colores y una preciosa música, empezó a ver flores maravillosas por un camino lleno de animales que la saludaban a su paso. Estaba totalmente alucinada, pero a la vez se sentía súper feliz.

De pronto Marcela se paró delante de una gran cascada, el agua era de un azul muy fuerte y los peces saltaban sin parar.

-Espera aquí un momento, ahora vendrá nuestra Reina
-Pero no te vayas.
-No tengas miedo, aquí no pasa nada, este es el País de la Sonrisa.

A lo lejos Mika, veía un arco iris que se acercaba, a medida que llegaba, podía ver que dentro de el venia una mariposa, preciosa, la mas bella que jamás había visto.

-Hola Mika, muchas gracias por venir, Soy Lara la Mariposa Real.
-Hola Lara, que hermosa eres.
-Muchas gracias, tu también eres muy guapa, Pero bueno vamos a dejarnos de zalamería y voy a explicarte para que te he traído aquí.
-Nosotros hacemos magia, es una magia que solo sirve para hacer el bien, en tu mundo hay animalitos que necesitan nuestra ayuda, pero no podemos usar nuestros poderes, por eso yo he pensado que tu puedes ayudarnos. ¿Que te parece?
-Si, pero yo no tengo poderes de ninguna clase, y además soy tan pequeña, ¿Qué puedo hacer?
-Yo te daré los poderes que necesites;  podrás hablar, eso si, solo podrán escucharte los niños y ellos son los que tiene que ayudarte.
-Bueno pero que tengo que hacer.
-Hay una perrera cerca de tu casa.
-Lo sé, mis dueños me sacaron de allí.
-Y… ¿cómo vivías tu allí?
-Muy mal, casi no había comida, y no nos bañaban, estábamos muchas horas encerrados, era horrorosa.
-Y dime Mika te gustaría ayudarnos con la colaboración de los niños?
-Pues claro que si.
-Bueno pues veras. Esta noche los niños del colegio de tu barrio, van a soñar contigo. Mañana, todos te reconocerán, además no les extrañará que les puedas hablar, ellos saben que tienen una misión que cumplir junto a ti. Y la misión es salvar los perritos y perritas de esa  perrera.

De repente. Mika, abrigó los ojos, y… ¡sorpresa¡ estaba en su saquito de dormir,  en su casa, ¿sería un sueño?. No, algo la decía que había sido cierto.

Como cada mañana, se levantó  al oír la puerta abrirse y salió corriendo. Pero esta vez corrió hacia el colegio, se pudo delante de la puerta del cole, y allí, estuvo sentada hasta que los niños salieron al recreo.
A medida que iban saliendo los niños, estos se acercaban a ella, y muy bajito la decían.

-Hola, ¿eres Mika.?
-Si

Al oír su voz. Mika supo que su misión seria un éxito, y además estaba rodeada de muchos niños y niñas, todos querían hablar con ella y le preguntaban, que podían hacer para ayudar a los perritos de la perrera.

Mika aún no sabia muy bien como arreglar aquel asunto, pero de repente….. Dijo.

-Creo que todos vosotros, lo que necesitáis es tener una mascota, que os parece?

-¡Si queremos una!
-¡Yo quiero un perito pequeño!
-¡Para mi  uno grande!

-Tranquilos, tranquilos, vamos hacer una cosa. Escuchar.

Hoy cuando vayáis a casa, tenéis que decirle a vuestro papas, que queréis un perro, pero se lo tenéis que decir con mucho cariño, eso significa, que tenéis que advertir, que seréis solo vosotros los encargados de vuestras mascotas, no dejéis que mamá y papá sean los encargados de ellos, todos sabéis, que los perritos y las perritas, necesitamos atención, pero  lo que mas nos gusta es jugar con vosotros. Por ese motivo tendréis que ser vosotros quien nos saquéis a paseas, eso si acompañados de papá o mamá y quien nos de la comida y el agua. ¿Que os parece?

- ¡Bien yo se lo diré a mi Papá es mas fácil de convencer! ¡Yo a mi abuelito, el me ayudará a conseguirlo!

-Bueno, pues mañana os espero a todos en la perrera, recordar que solo podré hablar con vosotros  los mayores no pueden oírme, así es mucho mejor ¿verdad?

-Bien Mika, mañana nos veremos,

A continuación Mika, fue al parque allí estaban sus amigos, iba muy contenta esperando que mañana, todos los niños pudieran llevarse un perrito o perrita para su casa.

Cuando empezó a contarles a sus amigos lo que había pasado, muchos se rieron de ella y pensaban que era una locura más de Mika.

-Bueno pues ya que no me creéis porque no vais mañana todos a la perrera y veréis lo que pasa.

Celedón, que era un perro grande y peludo, el más viejo de todos. Le contestó:

-Hace años que la perrera es como una cárcel allí no atienden a nuestros parientes, todos lo sabemos, los que estamos aquí hemos tenido mucha suerte con nuestros dueños, pero ellos… que crees que los van a recoger a todos, ¡que risa! eso no lo veremos.

Mika se fue un poco desanimada, ¿y si los niños no convencían a sus padres? ¿Qué haría ella?

-Bueno mañana veremos que pasa, no me voy a preocupar mas, tengo que descansar.

Por fin había llegado el día, Se sentó en la acera de frente a la perrera, allí fueron llegando todos sus amigos, a medida que iba pasando el tiempo, los otros perros empezaban a meterse con ella, se reían.

 No aparecía ningún niño.

Mika estaba empezando a ponerse nerviosa.

¿Por qué no habían venido los niños? Por lo menos uno, que raro era, ninguno de ellos. Pero si estaban muy contentos con la idea.

De repente vio aparecer un coche,

-¡Es Carlitos, lo veis, sabia que vendrían!

Carlitos se bajo del coche cogió la mano de su abuelito y se acercó a Mika.

-Hola Mika, ya estoy aquí,
-Como no han venido mas niños, sólo tu.
-Pero Mika, es muy pronto son las 9:00 yo he madrugado mucho pero ellos vendrán mas tarde, verás como vienen. Bueno voy a buscar mi perrita

Los compañeros de Mika se quedaron perplejos, era cierto que podía hablar con el niño, y era cierto que iban a venir a buscar a los cachorros.

Poco a poco, llegaban los niños, unos iban y otros venían.  Salían con su perrito o su perrita entre las manos.

Mika y sus amigos, admiraban la escena sin llegar muy bien a creerse lo que veían.

Era realmente un día especial. Era un día feliz. Todos los perritos  tenían una casa donde vivir, y Mika era la culpable de esa felicidad.