Bienvenidos

"En lo alto de una pequeña colina llamada Incí, desde donde se divisa el pueblo de Hoblut, ...."
Así comienza esta historia; divertida, alegre, diferente, emocionante, alucinante ... Los Pegimun
Pronto podrás descubrir sus aventuras y disfrutar con ellos de ciento y una peripecias.















Manolin y el Duende Zahorí

Como cada mañana Manolín se levantó, su madre le tenía preparado el desayuno, unas buenas sopas de pan mojadas en la rica leche que las vacas de su padre daban.
Después de desayunar, Manolín salió corriendo a jugar. Aquella mañana hacia mucho calor, era un bonito día de Julio.
 El niño, cogió el balón que su abuela le había comprado en el mercado  del pueblo la mañana anterior y empezó a darte patatas imitando a sus grandes ídolos.

Tan fuerte le dio, que el balón se alejó sin darse cuenta de la casa, poco a poco fue adentrándose en el pequeño bosque cercano.
 Con el desnivel, el balón cayó en el riachuelo, y  a suerte se quedó atrapado entre las piedras y unos maderos.
- Menos mal uhh, creí que iba a tener que mojarme, pero, llego bien.
Al agacharse oyó una vocezuca suave y muy bajuca que le decía…

- Manolín, ayúdame, mira , me ves, … aquí, a este lado…no, para el otro lado.

Manolín no hacia mas que mover la cabeza de un lado al otro y no veía nada. De repente vió algo pequeñito y resplandeciente ,  unos brillos muy fuertes , estaban junto a su balón, bueno, mas bien atrapado en el.
El niño agarró el balón con mucho cuidado y según lo iba levantando seguía oyendo su nombre.
-Manolin, Manolin, que me ayudes por favor.
Manolin,  por fin  cogió aquello pequeñuco con sus dedos, y lo  colocó en la palma de su mano.

- ¿Qué eres? Preguntó Manolin, que estaba asustando y sorprendido a la vez.

- Uhhh, menos mal. Hola, soy una Moza del Agua , ¿nunca has oído hablar de nosotras?,

-Pues no, que sois, duendes?

- Si…. Bueno …. Mas o menos, somos….. si

- Que te ha pasado?, te caíste. Le preguntó Manolin.

- Ahí  si, estaba tomando el sol, esperando que mis hilos se secaran y pasó el Duende Zahorí, y me ha tirado con el viento que levanta su paso, siempre va corriendo, ¡que pesado.!

- El Duende Zahorí? Quien es?

-Uh , tampoco lo sabes

- No, contestó el niño.

- Pues es… uh ¡Que tarde es¡  Bueno me voy que tengo prisa.

La Moza del Agua se subió en una hoja seca y dejó que el río la llevará

Manolin estaba tan sorprendido que se quedo con la mano abierta mirando como la hoja se alejaba, no sabía que hacer. Tanto se distrajo que el balón se le escapó otra vez  pero ahora no podía recuperarlo, el río se lo llevó como a la Moza del Agua, y el no podía mas que ver como se alejaba. Se quedó triste, había perdido su nuevo juguete. Desolado,  cabizbajo y pensativo se fue para su casa.

- Abuela quien es el Duende Zahorí.

- Hay niño donde oíste tu ese nombre

-Me lo dijo una Moza del Agua.

-Ayy Manolin por favor, deja de inventar, los duendes no existen, son cuentos de las gentes para asustar.

- Si abuela, pero el Duende Zahorí quien es?

La abuela le miró y sonrió.

- Bueno ven, siéntate aquí, te cuento , pero… no vayas a contárselo a tu mamá ehh ,me dirá que te lleno la cabeza de pájaros.

-  Verás, desde hace mucho tiempo cuentan que El Duende Zahorí, es un enanito que habita en nuestros montes, tiene fama de ayudar a los Cántabros. Cuando las gentes de la tierra pierden alguna cosa que para ellos es importante o necesario, le llaman diciendo:

Duende, duende, duendecillo
Una cosa yo perdí
Duende, duende, duendecillo
Compadécete de mi.


 Y con estas palabras, el Duende aparece ante la persona que le llamó y les ayuda a buscar sus cosas perdidas.

- Y tu le has visto abuela?

- No niño esos son leyendas, ya te he dicho, inventos de las gentes.

- Pero yo he visto a la Moza del Agua ¡

- Anda, calla, ves como no puedo contarte nada.

A la mañana siguiente, Manolin salió corriendo como siempre. Corrió hasta el arroyo, esperaba encontrar su balón.

 Se sentó a la orilla y mientras pensaba en lo que su abuela le había contado, decidió, llamar a el duende, sería verdad que podía ayudarle?, quizás así encontraría su balón, ella dijo, que ayudaba a encontrar cosas no? Pues…..  voy a probar, como era? Era…..

Duende, duende, duendecillo
Una cosa yo perdí
Duende, duende, duendecillo
Compadécete de mi.

Manolin, dijo las palabras y empezó a mirar para los lados, pero allí no pasaba nada
- Es verdad, , mi abuela tenía razón, son inventos de la gente,

 Triste, se levantó muy despacio y al darse la vuelta…

- Ay! Que susto.
- Por que te asustas, tu me llamaste. Le dijo un pequeño ser que estaba a su espalda

- Yo?

- Si, tu . Soy el Duende Zahorí, ¿no me has llamado tu ¿

Manolín, se agachó para ponerse a la altura del duende, este era pequeñuco y tenia cara de mala leche, pero por el contrario no hacía mas que reírse y su risa era alegre y contagiosa. Tenía la cara redonda y una larga nariz, llevaba una zamarra roja y no paraba quieto, andaba de un lado a otro, de un lado a otro.

-Bueno, y tu que quieres?

-Yo, yo perdí mi balón

- Si, y como fue? Ah bueno, no me digas, ¿lo llevo el río?

- Pues si, se lo llevó  y no pude alcanzarlo.

- Tu me puedes ayudar a recuperarlo.

- Uhhh , no se , no se … tu eres un niño bueno?

- Yo… siii

- Seguro noo? Le dijo el duende con su voz ronca y la cara muy sería, tanto, que casi asustaba a Manolin.

- Si, de verdad. Le contestó el niño.

- Veremos , ya… veremos. Sígueme si quieres tu balón.

El Duende, empezó a dar vueltas, a ir de un lado a otro , todo deprisa y sin parar, subía y bajaba de las rocas, se escondía entre los arbustos, trepaba a los arboles y bajaba tan deprisa que apenas de daba tiempo a Manolin a saber donde estaba.

El niño ya no podía mas no seguía al Duende, corría y corría para todos los lados no conseguía seguirlo. Pero el aguantaba, quería conseguir su balón.

-Ven Manolin , creo que ya estamos cerca.

- Si, tu crees?

- Que pasa, no te fías de mi?

-Si, Si, lo que pasa es que vas muy rápido casi no te puedo seguir.

- Mira aquí.

El Duende le señaló a Manolín unos matojos un poco alejados de la orilla.

- Pero que te pasa, vas a levantar los matojos, no ves que yo no puedo,  soy muy bajuco, tiene que hacerlo tu sólo.

- Si, si, lo voy hacer, pero igual me caigo están muy poco lejos,

- No, ven y haz lo que yo te diga.  Toma  ese palo y levanta  despaciuco  uno a uno los matojos, con cuidado.

Manolin hizo lo que el duende indicó y… ¡ oh, sorpresa ¡ ahí metido estaba su balón, lo cogió y se dio la vuelta para agradecer al duende su ayuda.

-Duende Zahorí, muchas gracias, otra vez podré jugar con mi balón.

El Duende le miro y le dijo,

- Gracias a ti Manolin, yo no he hecho nada, tu has sabido seguirme y te has fiado de mi. Recuerda siempre que El Duende Zahorí es un duende bueno solo ayuda a las gentes de buen corazón. Pero si me intentan engañar o no se fían, castigo quitando aquello que se desea y regalándoselo a otra persona que lo necesite.  Tu ayudaste a la Moza del Agua y creíste en mi , por eso cuando me llamaste yo acudí
Sigue siendo un buen niño y si necesitas de mi ya sabes como llamarme.

Dicho esto el Duende dio una voltereta y desapareció.

Manolín se fue contento a su casa dando patadas a su balón y deseando poder contarle a su abuela lo que le había pasado.