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"En lo alto de una pequeña colina llamada Incí, desde donde se divisa el pueblo de Hoblut, ...."
Así comienza esta historia; divertida, alegre, diferente, emocionante, alucinante ... Los Pegimun
Pronto podrás descubrir sus aventuras y disfrutar con ellos de ciento y una peripecias.















16 de junio de 2011

Espera

Sentado en el escalón de acceso, esperaba impaciente su llegada.
Nunca antes tuvo una sensación así. Su respiración agitada, avivada por la prisa en llegar,  iba volviendo a la normalidad pero sus nervios, a medida que el tiempo pasaba se agudizaban.
Por allí no aparecía nadie. Los pocos que lo hacían distraídos en sus pensamientos,  pasaban por delante de su cara sin tan siquiera mirar.
El ojeaba una y otra vez el reloj, sacaba su teléfono y observaba la pantalla a la espera de alguna llamada; algún mensaje, algo que le indicará la llegada que tanto esperaba.
Al mover su cabeza hacia la derecha, advirtió como el autobús se aproximaba. Se levantó despacio y sacudió su trasero con ambas manos. Dio un par de pasos hacia delante, pero sin llegar a la parada porque  no quería que se  notara en exceso su ansia.  El bus pasó deprisa, no interrumpió su marcha.
Mirando como se alejaba, volvió a sentarse de nuevo. Ahora,  poco a poco notaba como la tranquilidad  iba ganando fuerza a su inquietud.  La espera ya no le excitaba.  
Al cabo de un rato, un coche a su izquierda paró y a  lo lejos pudo advertir como alguien se  bajaba.
¡Ya está! Por fin llega  - pensó -  
El transeúnte anduvo durante un instante en su dirección y él, ya dispuesto, en pie, esperando para saludar, casi con la mano tendida, vio como aquel daba un giro y cruzaba la calle.  No seguía la dirección que podía llevarle hasta él. Acercándose deprisa otra persona lo interceptaba. Después de unos segundos de charla,  ambos en la misma dirección caminaban y poco a poco de él la distancia se agrandaba.
Volvió de nuevo a sentarse. Otra vez miró el reloj, sacó el móvil nuevamente y lo observó. Era extraño, mucho tiempo allí sentado y no acababa de aparecer. No pasaba nada.  
La mañana se animaba y el ir de venir ya era constante. Algunos según se acercaban le miraban fijamente y él pensaba: ¡Ya está aquí! ¡Ese es! ¡Ya llega! ¡Claro!... vine demasiado pronto y por eso ha sido la espera tan larga. Pero… Para nada.
Frente a él nadie paraba, nadie le daba la oportunidad que estaba esperando, nadie le decía nada.
¡Al fin una señal! El móvil sonaba. Los pitidos constantes del aparato que descansaba sobre los dedos de su mano, y la luz  que intermitentemente se irradiaba, indicaban que un mensaje de texto entraba.
Su corazón se aceleró hasta el punto de notar en su pecho como palpitaba. Posó sobre el  mismo su dedo y de repente el texto  apareció en su pantalla. Decía:

“Si la oportunidad no llega, si la estas viendo pero siempre de ti se aleja. Levántate y camina en la dirección dónde vaya. No sirve desearla, hay que agarrarla con fuerza y trabajársela. Sentado y de espera nada llega.  O... la  provocas y la persigues, o solamente verás como por delante con otros, se pasea”

2 comentarios:

  1. Mientras te leía intentaba hacerme una idea de dónde me quería llevar el texto, pero ese final me ha dejado sorprendida. Me ha recordado esos viejos cuentos con moraleja incluida.

    ¡Cogido el mensaje!: Si las oportunidades no te encuentran, búscalas.

    Un saludo Conchi. Nos leemos.

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  2. Me alegro si te sorprendió, eso pretendía. Un besuco y ... NOS LEEMOS GUAPA.

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